y no poder hacer nada por evitarlo
odio este miedo que agazapado en mi estómago
no me deja sonreír del todo
odio este ver venir la catástrofe
y contar las horas que quedan para que todo se derborde
odio no poder verte
los días laborables
odio esta vulnerabilidad que me hace
anticipar el dolor de los demás
odio las pesadillas
en las que alguien muere cada noche
odio tener que callar mis razones
por el dolor que podría causar
y odio saber que ni aún así podría evitar
que troya arda al final
3 comentarios:
Tus odios huelen a costumbrismo, encantador, pero, ¿no te agotas?
Una olla a presión.
Una vía de escape urgente.
Besos
Arderá Troya igual...
Lo mejor en estos casos es protegerse.
Besos, linda.
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