organizando mentalmente el lunes:
enumerando lo que tenía que hacer,
ordenando prioridades,
calculando tiempos
y cuadriculando el día.
pero el lunes ha llegado
y ha desbaratado mis planes;
han surgido imprevistos,
urgencias varias,
y cosas que no eran urgentes,
pero que se han ido llevando los minutos y las horas,
y no he hecho absolutamente nada
de lo que pretendía hacer hoy;
así que he tomado una decisión:
esta noche no pienso perder el tiempo intentando organizar el martes.
2 comentarios:
Ay, me encanta!!!
Por ahí una extraña energía, o lo que sea, se ríe del que hace planes.
Lo sé por experiencia.
Besos
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