diciembres...

día 11:

y de a ratos siento que me desdibujo (me di-lu-yo) en mis ganas de desaparecer...
y sé que son paranoias, pero esta mañana me he tenido que sacar a la fuerza las palabras que se habían atascado tras el nudo en la garganta de no saber ya como hablar...
porque si olvido lo que creo que tengo de especial, quizás también olvide el porque de este empeñarse en respirar...
(y me sale la vena melodramática y paranoica, cuando lo que en realidad querría decir se me atasca)
y me gustaría renegar de la educación que me dieron... pero el caso es que no puedo, y prefiero evitar los daños gratuitos, pero llevo tantas palabras tragadas en contra de mi voluntad que el día que se ordenen y empiecen a salir solas, me da a mí que arde troya (y lo que no es troya)

y siento que no se me entienda, pero esto de teclear, siempre me tranquiliza, y hoy necesitaba sacarme las cosas de dentro... aunque fuera en una de estas páginas de un diario que no tengo constancia para llevar...

2 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Que malo es tragarse las palabras.
Pero para montar un drama o perder los papeles, mejor tragárselas y mejor decirlas bien en otro momento.

Y eso que yo me las trago también, no creas...

Besos

erato dijo...

Con el tiempo descubrí que no es nada nada bueno almacenar palabras porque te envenenan el alma. Así que yo te diría, no te calles ni una, salgan como salgan.Después habrá tiempo de explicar o suavizar.Beso