jirones


"a veces basta la cadencia de una voz, el súbito remolino del polvo de un sendero, para recordarnos algo. algo grande o pequeño -da lo mismo:
grande para nosotros, pequeño para los demás-, pero que supone
un jirón de nuestra vida."
-ana maría matute-

anoche bastó un tecleo, a mitad de inventar una historia, para traerme uno de esos jirones de mi vida que se me había perdido entre otros recuerdos descatalogados de esos que todos tenemos...
(cada día pierdo un poco esa sensación de ser especial que ciertas miradas me hicieron creer en algún momento de mi vida, y me siento un pequeño fraude cotidiano que tiene miedo de que los demás descubran que no había nada de especial en mí... solo lo que algunas personas quisieron ver al mirarme)
pero sigo tecleando, sabiendo que no hay nada especial en ello, pero disimulando, porque al fin y al cabo no deja de ser divertido imaginar vidas e intentar contarlas... aunque no tenga ni idea de que haré con esas historias cuando las haya terminado...
  

1 comentario:

Mercedes Ridocci dijo...

Efectivamente es el otro quien nos hace especiales es algún momento.
No dejes de imaginar vidas, aunque no sepas que hacer con ellas. Mientras las imaginas, están vivas.

Besos
Mercedes