que vengo con defecto de fábrica;
que tengo varios traumas,
y cicatrices de las que se ven
y de las que no, también;
que tengo palabras para tristezas que no conoces,
miedos que no podrías imaginar,
y fantasmas bajo mi cama,
que por mucho que me empeñe en no mirar,
no por eso dejan de estar.
quizás se me había olvidado
que tengo varias taras,
que me hacen sentir insignificante,
(poquita cosa),
y que me hacen dudar de mí misma
casi constantemente...
quizás se me había olvidado
esa vulnerabilidad que me hace sentir de cristal,
ese frío en la nuca,
cuando la muerte me susurra
cosas que no quiero escuchar.
(por suerte hay abrazos que son como milagros,
y que consiguen que me vuelva a olvidar
de todas esas cosas en las que prefiero no pensar...)
6 comentarios:
Mientras nos quede ese abrazo...
Uno grande, para tí.
Cada abrazo es, siempre, un milagro.
Que no falten.
Besos.
Afortunada quien tiene unos brazos que abarquen sus nubarrones.
Qué bello escribes.
Besos
Con ese abrazo lo demás sobra...
Besos, ojitos.
Y eso ya es suficiente para calmar cualquier malestar...
Besos:2
Maravillosas letras, calan... calan...
Un abrazo para ti.
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