abriles...

día 11:

siento que me embriaga la desidia; que asumo resignada las injusticias y absurdidades que las rutinas me van imponiendo casi sin darme cuenta.
asumo lo que toca y hago aquello que se supone que debería hacer, acallando mis sueños (mis deseos y anhelos) y ahogando las voces que susurran poemas con el sonido del teclado, con el atentamente y la firma impersonal que termina toda respuesta dictada.
y es como si las rutinas de esta semana que se lleva los instantes robados al tiempo, hubiera empapado mis ropas y me ahogase sin remedio en el pozo de los deseos, mientras intento deletrear lo que me gustaría pedir si encontrase la moneda encantada con la que chantajear al destino... al menos por un tiempo.

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