porque anoche mi ancho mar (tibio de promesas y lleno de peces de colores) se convirtió en un oceano frío e inhospito, de sábanas heladas y desangeladas, en el que ni tirando mano de los sueños que a veces me cuento, conseguí dormir sin pesadillas...
(que extraña me resulta mi cama cuando te acabas de ir,
y tengo que volver a ella a intentar dormir)
3 comentarios:
Muy bonito, yo en cambio saboreo las sensaciones que mi amante, mi amado deja en mi cama :D
Sensación bastante desangelada y a la vez rara deja el amante al partir...
La ausencia del otoño nos sumerge repentinamente en los fríos del invierno.
Otro beso.
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